Tu cerebro principal no está en tu cabeza, sino en tus intestinos.
El estudio y entendimiento del eje de comunicación existente entre el encéfalo (parte del sistema nervioso ubicado dentro del cráneo) y el tubo digestivo ha permitido comprender cómo los diversos problemas digestivos influyen directamente en las emociones y cómo también son el origen de múltiples enfermedades situadas dentro y fuera del aparato gastrointestinal.
Desde que somos concebidos hasta nuestra muerte, el centro de desarrollo del cuerpo se encuentra en el área del ombligo, inicialmente como un cordón umbilical y posteriormente representado como el área digestiva.
Se dice que es nuestro centro de desarrollo pues es a través de este que obtenemos los requerimientos y la energía necesaria para poder vivir.
El sistema nervioso entérico es el encargado de regular la actividad que se llevan acabo en todo el aparato gastrointestinal (desde el esófago hasta el recto), principalmente en el intestino.
El intestino es un órgano sensible e inteligente. Este órgano posee en su revestimiento interno más de 200 millones de neuronas y miles de millones de bacterias que influyen en nuestro comportamiento y en nuestra personalidad.
Las señales producidas en el intestino influyen en el funcionamiento del encéfalo y viceversa, por lo que su funcionamiento repercute directamente en nuestro estado de salud y nuestro estado de ánimo.
Existe una conexión e intercomunicación de manera constante entre el encefalo y el intestino, mediante:
- El sistema nervioso, a través del nervio vago.
- El sistema circulatorio
- La microbiota
El sistema nervioso y el circulatorio
El intestino “carga” con nuestras emociones, ya que su lenguaje de comunicación es el mismo que el del encéfalo; es decir, el de los neurotransmisores, principalmente la serotonina, conocida como la hormona de la felicidad.
Mientras que en el encéfalo la serotonina significa bienestar, en el intestino ésta hormona dirige el transito intestinal y regula el sistema inmunitario. De hecho el 95% de la serotonina se produce en el sistema digestivo.
De esta manera es posible comprender por qué el intestino influye directamente en nuestro inconsciente y en nuestro comportamiento.
En esencia nuestra capacidad para pensar positivo, sentirnos en paz y sobrellevar estados de ansiedad, enojo o tristeza esta influenciada por las señales que el intestino envía y estas a su vez están determinadas por el tipo de alimentos que consumimos y el nivel de estrés al que nos sometemos día con día, teniendo por entendido que el estrés implica toda sobrecarga en las funciones de cualquier parte de nuestro cuerpo y/o mente.
La microbiota
Existen 100 billones de bacterias viviendo en el tracto digestivo. Estas bacterias, forman el ecosistema más denso de todo del planeta, de hecho se sabe que existen 5 veces más bacterias en el intestino de una persona que células en todo un individuo, es decir que; somos más bacterias que humanos.
Estas bacterias nos ayudan a determinar qué es y que no es tóxico para el cuerpo. De hecho el mayor sistema inmunitario se encuentra en el intestino.
La microbiota se genera desde nuestro nacimiento. El tipo de población de bacterias presentes en nuestro interior, esta sujeta al tipo de ambiente y alimentos a los que nos exponemos. De ahí la importancia de tener una sana y armoniosa relación con todo aquello que consumimos del exterior.
Las bacterias entéricas se intercomunican con las células presentes en el intestino por lo que tienen la capacidad de activar o silenciar genes, es decir; de “activar” o “desactivar” enfermedades.
Actualmente es posible analizar la predisposición a padecer cualquier enfermedad desde el análisis de la microbiota.
Estudios actuales sobre los genes de las bacterias presentes en los humanos, muestran que ésta se divide en tres grupos según las clases de enterotipos (tipos de bacterias presentes en el intestino), principio que concuerda con el fundamento de la medicina ancestral del Ayurveda.
La Medicina ayurveda establece la existencia de 3 tipos de energías o doshas que regulan el funcionamiento del cuerpo, de los cuales en cada ser humano predomina uno de modo que el funcionamiento gastrointestinal y el metabolismo de cada persona puede clasificarse a grandes rasgos en tres grandes clases; vata, pitta o kapha.
Los estudios comprueban y revelan los conocimientos que el Ayurveda nos ha explicado desde hace más de 5000 años; el cómo y el por qué nuestro sistema gastrointestinal es el director de la orquesta del funcionamiento de todo nuestro cuerpo, pues es a través del ambiente interno que éste posee resultado del tipo de microbiota y neurotransmisores que nosotros producimos con lo que consumimos, que se envían cierto tipo de señales al encéfalo y por ende a todo el cuerpo. De manera que sí somos lo que comemos.
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